Navidad, dulce navidad

 

Las navidades son unas fechas muy especiales, también para nuestros olecereños. Por eso hoy hemos querido recordar con ellos como celebraban estos días cuando eran niños y jóvenes y hemos aprendido muchísimo escuchando sus testimonios y anécdotas. Todos han coincidido en que antes las navidades implicaban una fuerte unión entre las familias e incluso los vecinos. Al no existir ciertas comodidades como la televisión, o los abundantes regalos, las largas charlas, las canciones en grupo y las risas hasta las tantas eran lo más esperado al acercarse estas fechas.

 

Las comidas navideñas también eran algo diferentes. En las casas de algunos de ellos cocinaban sobre todo lo que ellos mismos tenían como gallos, pollos, carne o vino; por ejemplo, en la casa de Eulogio se mataba un gallo, se hacían unas empanadas y también piotes de pan. En la casa de Lolecha era típico comer cocido el día de navidad y en la de Marina, que era muy glotona y muchas veces se ponía mala de la barriga, comían empanada de maruca, un pescado similar al bacalao que su padre pescaba y que luego salaba y dejaba secar. María Socorro, sin embargo, no celebraba la navidad cuando era niña, ya que con 6 años se tuvo que poner a trabajar sirviendo en otra casa. Al casarse fue cuando ella comenzó a poder disfrutar de la navidad y su comida favorita para estas fechas era el pulpo. Para Rosa el mayor recuerdo son todos los postres que hacían, sobre todo los ricos bizcochos que cocinaba su hermana Luisa y las cañitas que rellenaban con crema o chocolate.

 

 

Muchos de ellos en vez de uvas frescas tomaban uvas pasas y al no haber televisión celebraban el cambio de año con las campanadas de la iglesia. La familia de Lolecha acudía a dos parroquias, a la de Santa Cristina y a la de San Pablo. Otra costumbre que tenían algunos de nuestros olecereños era acudir a la misa del gallo la noche de nochebuena. Rosa recuerda esa celebración de manera muy especial, en su vecindario todos los vecinos dejaban las puertas abiertas y tras la misa del gallo se reunián todos en alguna de las casas a tomar café y dulces y a cantar y charlar. Su padre solía amenizar la fiesta tocando el violín y la guitarra, lo cual se le daba muy bien, ya que estuvo en la tuna de Santiago.

 

Los regalos en la noche de reyes no eran precisamente abundantes. En general era ropa o cosas que necesitaban. Marina recuerda entre risas que siempre pedía una muñeca pero que nunca se la compraban y que un año le compraron una de cartón y cuando fue a lavarla al pilón se le cayó la cara. A nuestros olecereños les parece una exageración como se vive todo el tema de los regalos en la actualidad, les parece algo desmesurado. Ellos recuerdan la enorme ilusión con la que esperaban la llegada de la noche de reyes aún sabiendo que tendrían un único y humilde regalo.

 

Para ellos lo más importante de la navidad es reunirse con la familia y con la gente querida. El padre de Marina, por ejemplo, trabajaba en Canarias pero por esas fechas siempre volvía a casa cargado de cosas ricas como mermeladas. En casa de Rosa eran 13 y disfrutaban muchísimo de esos días juntos. A Maria Socorro le encantaba darle a sus hijos las fiestas que ella no había podido disfrutar y por ello decoraba la casa y cantaba villancicos. A Lolecha le encantaba la navidad porque toda la familia venía de visita y su padre amenizaba las veladas cantando y para Eulogio lo más importante era juntarse toda la familia, que no hubiera regalos o grandes manjares era lo de menos.

 

 

No podemos devolverles a nuestros olecereños las navidades que tenían cuando eran niños pero sí que intentamos que no pierdan la ilusión por estas fechas y que las disfruten también con esta gran familia que es O Lecer. Así, le dedicamos varios días a preparar nuestras navidades. Desde noviembre estuvimos preparando nuestra propia decoración utilizando papeles reciclados, troqueles, papeles plateados y el 11 de diciembre colocamos entre trabajadores, familiares y residentes el nacimiento, la decoración y el árbol de navidad, todos en familia.

 

Nuestros olecereños también hicieron, con ayuda de sus profesionales de referencia, postales de navidad para las personas a los que les apeteció enviarlas y además, les dimos una gran sorpresa y los pusimos en contacto a través de skype con familiares que tienen lejos. De esta forma, María Socorro pudo ver a una hija que tiene en el hospital y María Peleteiro pudo charlar con su nieto que vive en Málaga. Fue un momento muy emotivo que tenemos pensado repetir con cierta frecuencia.

 

Tuvimos también varias visitas: la tarde del 18 de diciembre vino un grupo de niños disfrazados de papa noeles a pasar la tarde con nosotros y a mostrarnos una coreografía y el 22 por la tarde un grupo de mujeres aficionadas a las manualidades nos ayudaron a hacer unos botes con sales de baño para que nuestros olecereños se las pudieran regalar a sus seres más queridos.

 

 

También gozamos de una pequeña excursión gracias a una propuesta de radiotaxi dirigida a las personas con movilidad reducida para disfrutar de las luces y decorados navideños. Pusieron a nuestra disposición 4 taxis para dar un paseo por la ciudad incluyendo una parada en la puerta del sol para entrar dentro del árbol de navidad. Algunos familiares aparecieron por sorpresa para compartir este momento con sus mayores.

 

 

El día 22 nuestro musicoterapeuta Nacho amenizó la jornada con una sesión de villancicos en la que nuestros olecereños participaron con muchas ganas y además estuvimos viendo bien atentos el sorteo de la lotería para ver si nos tocaban los números que jugamos todos juntos.

 

También quisimos contar con su opinión a la hora de elaborar los menús de navidad, así que decidieron entre todos los platos para nochebuena, navidad, fin de año, año nuevo y reyes. En la cena de nochebuena pudimos degustar langostinos, salpicón de buey, vieiras y martiño al horno y en la comida de navidad disfrutamos de langostinos y arroz de marisco.

 

 

Todavía nos quedan unos cuantos días para exprimir al máximo estas fechas tan especiales , ¡y a vosotros también! ¡Así que a pasarlo muy bien en familia y a ponerse las botas con los dulces y comidas deliciosas!

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