Así vivimos el año que nos cambió

Nos encontramos en los últimos coletazos de 2020. En cualquier otro momento, esto hubiese sido motivo de celebración, de comidas familiares, de cantos, de abrazos. Aunque siempre son instantes que se prestan a la reflexión, a principios de este año no podíamos ni siquiera empezar a plantearnos en qué circunstancias se encontraría nuestra mente llegado este punto; después de tantos vaivenes, de tanta inestabilidad.

Echamos la vista atrás y no podemos evitar recordar ese tiempo en el que vivíamos con normalidad. Teníamos multitud de actividades en mente y los olecereños y olecereñas vivían con ilusión cada una de ellas.

De hecho, el fin de las fiestas navideñas pasadas fue de lo más entrañable y culminó en la entrega de regalos del amigo invisible. Tanto residentes como familiares os juntasteis para intercambiar obsequios y lo disfrutasteis con buen humor, risas y mucha emoción. Uno de esos momentos para enmarcar.

También celebramos los carnavales por todo lo alto con una fiesta en la que este año escogisteis disfraz al gusto de cada uno. Pero que, sobre todo, sirvió para pasar más tiempo de calidad todos juntos. 

Y, llegó el coronavirus. Y todos esos planes que habíamos tejido junto a los mayores se vinieron abajo. La Reconquista, la Brincadeira y un sinfín de eventos a los que pretendíamos acudir con ellos ya no iban a tener lugar y nos vimos obligados a replantearnos todo el año que teníamos por delante. Con pena sí, pero después del mazazo y el miedo iniciales, nuestro objetivo y obsesión fue mantener lo más protegidas posibles a todas las personas de O Lecer.

Así que tuvimos que empezar a tomar decisiones complejas y a poner en marcha los protocolos que creímos mejores para enfrentarnos al COVID. 

Una de las medidas que tuvimos que tomar para lograr esto y que fue de lo más difícil, sobre todo para las familias, fue evitar cualquier visita; una sola persona afectada, podría haber provocado contagios. Os queremos dar de nuevo las gracias por haber comprendido una a una, todas estas precauciones. Vuestro apoyo ha sido sin duda nuestro mayor regalo en esta época de cambios y vaivenes.

A partir de ahí, tuvimos que librar batalla tras batalla, y nuestra vivienda temporal Gran Geronte se convirtió en un bastión para conseguir ganarlas. En ella 7 trabajadores de O Lecer se confinaron con los olecereños para garantizar que se mantuviesen sanos y los otros 7 se cuidaron mucho de no contagiarse para poder sustituir a cualquier trabajador en cualquier momento, si así lo necesitábamos. Fue de los momentos más delicados de nuestras vidas, pero del que también salimos reforzados. Tenemos que agradecer también a los vecinos que nos ofrecieron sus viviendas para poder llevarlo a cabo; sin todos ellos y sin todos vosotros, no hubiese sido posible.

El mes que duró este confinamiento fue duro y tener momentos de alegría era muy importante para poder aguantar. Sentiros a vosotros, sus familias, más cerca era vital para los mayores, por lo que nos pareció que las videollamadas eran una forma estupenda para que, por lo menos, os pudieseis mirar a los ojos. Por eso, intentamos facilitar ese contacto de modo semanal. Y la experiencia os gustó tanto que repetimos hasta que las cosas volvieron un poco a su cauce. No hubo actividades, pero sí hubo cariño y emotividad.

Tras el confinamiento empezamos a preparar nuevamente el huerto, este año más modesto, pero logramos plantar tomates, pimientos, lechugas, flores que complementaron más de una de nuestras comidas.

A partir de agosto, retomamos en cierto modo la rutina. En cierto modo, porque aunque volvieron las actividades, no lo hicieron las normas y protocolos anteriores; tuvimos que adaptarnos una vez más a grupos más reducidos, a la mascarilla conocida por todos, a la desinfección, a la distancia social, a eventos sin vuestras visitas. En definitiva a esa nueva normalidad de la que tanto se habla.

Tuvimos que adaptarnos, sí. Y buscar nuevas maneras de que estuvieseis cerca de los residentes, para que pudieseis compartir con ellos. Así, por ejemplo, transformamos el tradicional magosto que celebramos anualmente en una fiesta en la que las familias estuvisteis presentes mediante vídeos en los que nos contasteis historias de esa fecha señalada o recetas. Nosotros os regalamos una actuación del coro “ Charanga Roupeiro”, actuación que prepararon con mucha ilusión e incluso nervios. Además, compartimos con vosotros fotos y videos de la preparación y el evento.


Ahora estamos luchando porque estas fiestas navideñas sean lo más familiar posible para todos vosotros y para que un pedacito de vosotros esté presente en O Lecer. En esta ocasión, estamos grabando a los olecereños y olecereñas para poder enviaros vídeo postales de felicitación y seguimos con las videollamadas; también podéis enviarles regalos, pero debéis hacerlo con antelación porque tienen que pasar una cuarentena, por ejemplo, si fuese para Reyes Magos, deberíamos tenerlos como muy tarde el 31 de diciembre. 

Nos alegramos de poder contar siempre con todo vuestro apoyo y verdadera intención de hacer más cálidas estas fechas tan importantes para los residentes. Con este post recordatorio del año, os queremos desear unas muy felices fiestas. Estamos seguros de que las cosas irán a mejor. ¡Muchas gracias por estar siempre ahí!

¡Feliz Navidad y próspero año nuevo!

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