Días de verano
La nostalgia se apodera un poco de nosotros cada vez que el verano termina y es que su cambio de ritmos, la calma que nos trae o la posibilidad de disfrutar al aire libre son sumamente atractivos. En O Lecer intentamos siempre sacarle el máximo jugo y para ello adaptamos nuestras actividades y nuestro ritmo diario a los días largos y calurosos de los meses de verano.
De esta manera, son frecuentes las excursiones, algo que nuestras y nuestros olecereños suelen disfrutar mucho y que siempre suponen una gran implicación por parte de las familias. Durante este verano realizamos varias salidas: una a Cangas, en la que el mayor motivo de su celebración fue disfrutar del viaje en barco – a través de la Naviera Mar de Ons que nos lo puso todo muy fácil – ya que era algo que los residentes echaban mucho de menos y que especialmente para Julita fue toda una experiencia puesto que nunca había ido en barco. Una vez en Cangas aprovechamos para dar un paseo por la playa y disfrutar de una rica comida en el Restaurante Licencia45, donde su cocinera Vanessa nos preparó unas deliciosas tortillas y empanadas.
Otra de las excursiones fue a la alameda de Vigo y allí disfrutamos de un paseo y un helado, así como otra excursión al parque de O Castro donde pudimos deleitarnos con sus preciosas vistas y en la cual Mercedes se mostró muy emotiva y participativa ya que le traía muchos recuerdos de su época viviendo en la Hispanidad.
También experimentamos un viaje en tren con ayuda de Atendo. Viajamos hasta Pontevedra y allí comimos en el restaurante de la estación de autobuses que ofrece un espacio muy amplio y accesible. Todo fueron facilidades y nos gustó comprobar la accesibilidad del tren para personas con movilidad reducida.
Intentamos adaptar las actividades a los meses de calor, por ejemplo, disfrutando de nuestro huerto, que iniciamos en primavera y en el que tenemos pimientos de padrón, judias, alubias, tomates o fresas – muy apreciados por los residentes. Aprovechamos las horas de poca aglomeración para dar paseos por Samil y también sacamos al exterior nuestro taller de cocina para disfrutar al aire libre mientras cocinamos. A Eulogio, además, le encanta pasar la tarde fuera lijando sus piezas de madera.
El 4 de julio celebramos una sesión de mindfulness entre trabajadores y familiares para aprender técnicas de relajación y el 24 de agosto lo pasamos genial organizando un concurso entre los olecereños compuesto por varios juegos: identificar la canción, el juego de la rana y un juego que consiste en cantar – nosotros empezamos la canción y ellos tienen que continuarla, lo cual es bueno para trabajar su memoria. Decidimos realizar esta gymkana ya que el musicoterapeuta estaba de vacaciones y quisimos ofrecerles en su lugar una actividad con la música como protagonista puesto que es algo que les encanta.
Y por supuesto no faltaron las celebraciones gastronómicas, ¡que nos encantan! Hubo una churrascada el 10 de agosto, en la cual algunos de nuestros residentes participaron muy activamente, encargándose del encendido de las brasas, de colocar la carne, los chorizos, etc.
Y el 30 de agosto matamos dos pájaros de un tiro. A Maria Peleteiro le apetecía ir a la plaza y ver el pescado dentro del programa Mi tiempo, mi vida así que aprovechamos para hacer una sardiñada. Así, fuimos al mercado del progreso, gratamente sorprendidos con la accesibilidad del mercado, Maria Peleteiro que se mueve en silla de ruedas no tuvo ningún problema para desplazarse cómodamente.Compramos 5 kilos de sardinas que estaban riquisimas, muy bien escogidas por María. Todos quedamos muy satisfechos con la sardiñada y María Peleteiro especialmente con la excursión que valoró con un 10.
Además a lo largo del verano celebramos varios cumpleaños como el de Camila, el de María Peleteiro, el de Eulogio o el de Rebeca, la directora. ¡Nos encantan las fiestas y disfrutarlas todos juntos!
Precisamente la cita con la que arrancó el verano fue con el aniversario de O Lecer que celebramos el 16 de junio y que en su 14 aniversario contó con una proyección de fotos de gente que estuvo todo el año y de actividades que se realizaron a lo largo del año, una exposición de fotos de los trabajadores y de los residentes , una piñata para los niños, una charanga formada por los olecereños y olecereñas que junto con el musicoterapeuta Nacho mostraron sus canciones, unas rifas soreteando productos hechos por los olecereños y todo ello acompañado de la música de Pedro Campos, un pulpeiro y un photocall creado por nuestra auxiliar Ania y su marido, una idea muy chula que nos dio mucho juego.
Es bonito recordar los días de verano con alegría y seguir preparando con ilusión todas las actividades, celebraciones y alegrías que nos tiene preparadas el otoño 🙂