Hoy hablamos con…Laura Álvarez
Durante varios meses un grupo de olecereñas y olecereños con interés en las manualidades y las artes plásticas disfrutaron de una actividad que les aportó no solo diversión sino beneficios a otros niveles como el físico o el emocional. Se trató de una actividad muy dinámica, satisfactoria y enriquecedora en la que recordaron, se emocionaron y compartieron con los demás: la arteterapia. La actividad fue impartida por la fisioterapeuta y artista plástica Laura Álvarez. Ella misma nos va a contar en qué consistió esta actividad y cómo la recibieron los olecereños y olecereñas.
¿En qué consiste la arteterapia?
La Arteterapia es una forma de psicoterapia que utiliza las artes plásticas como medio para recuperar o mejorar la salud mental y el bienestar emocional y social.
La expresión y herramientas artísticas siguen diferentes vías a la expresión verbal, por lo que determinadas emociones o mensajes alcanzan así una forma de salir al exterior que de otra manera no se lograría. A todo ello hay que añadirle la mayor motivación que supone para muchas personas las actividades de índole plástica.
¿Cuáles son los objetivos que se quieren alcanzar? ¿Qué beneficios supone para las olecereñas y olecereños?
En O Lecer hemos realizado dos dinámicas de arteterapia en estos meses. Las dos tienen que ver con una mayor exploración introspectiva, ya sea a través del autorretrato o a través de las relaciones que los olecereños y olecereñas establecen con los distintos lugares que han tenido protagonismo en sus vidas.
El principal objetivo es “bucear” un poquito más en lo que son, en su esencia. Dar espacio a expresar lo que les representa, lo que les gusta y a encontrar signos gráficos y recursos plásticos con los que puedan plasmarlo. También relacionar esos recuerdos con emociones actuales para dar forma a lo que les sucede. De alguna manera, es importante estar en el aquí y en el ahora e incluso cerrar cosas del pasado que habían quedado abiertas.
Por otra parte, también es primordial el trabajo de memoria, cómo establecemos relaciones temporales y espaciales entre pasado y presente, la comunicación conmigo y con los demás, y ciertos procesos de abstracción y concreción que, con otras prácticas, es más difícil conseguir.
A su vez, a nivel físico, la realización de estas obras les beneficia también en la motricidad fina y el movimiento general de miembros superiores.
Lo más importante, en mi opinión, es el placer y la motivación que supone para ellas y ellos esta actividad y también el hecho de mostrar el trabajo realizado, ya que sus obras son expuestas en los pasillos de la residencia.
¿Qué tipo de actividades se están llevando a cabo?
Durante estos meses hemos desarrollado dos dinámicas con diferentes grupos de dos o tres personas.
La primera es un autorretrato. Partiendo de una foto elegida por ellas usamos diferentes herramientas plásticas (pintura, collage, dibujo) para generar un autorretrato, una obra que represente cómo somos, lo que nos gusta, lo que sentimos, a quien queremos, etc. Junto con el resultado artístico también se expone un texto donde cada una cuenta datos de su biografía: dónde y cuándo nació, cómo fue su infancia, quienes eran sus padres o hermanos, dónde trabajó, quién fue su marido o hijos, etc.
La segunda dinámica realizada fue “Paisajes emocionales”, aún pendiente de exponer. En ella elegimos un lugar o paisaje que haya sido o que siga siendo significativo para nosotras: el mar, la casa donde nacieron, el bosque etc. y a partir de ahí, eligiendo materiales o colores que tengan que ver con ello, vamos construyendo una obra.
Es importante aquí el “recoger” lo que surge de evocar dichos lugares, cómo es la emoción y las sensaciones que les produce el traer al presente recuerdos y momentos pasados.
¿Cómo crees que lo están recibiendo los olecereños y olecereñas?
Yo en las dos dinámicas he visto una muy buena acogida. A la generación a la que pertenecen las mujeres con las que he trabajado no le suele resultar fácil expresar sus emociones o expresar simplemente lo que les está sucediendo, ya que en general han sido educadas para poder con todo y a veces olvidarse de sí mismas.
En el trabajo de autorretrato he visto en ellas una alegría por recordar cosas de cuando eran niñas y han asomado la nostalgia y la sonrisa a la vez. Es interesante para ellas elegir imágenes de actividades que ahora son importantes para ellas aunque antes no lo fuesen y también darse cuenta de que hay cosas que pueden seguir haciendo aunque no sea de la misma manera.
Se trata de una actividad muy personal y muy significativa para ellas y sobre todo, he visto en ello muchísimo cariño y buen hacer.
¿Qué te aporta a ti trabajar con los olecereños y olecereñas?
Mucha satisfacción y ternura. El acompañarles en este tipo de trabajo supone ayudarles a ver en su interior y a expresar ciertas emociones no vistas o no expresadas. O a recordar ciertas cosas de su vida en este tramo final, y tal vez a hacerlo con una mirada real y tierna hacia lo que fueron, fuese lo que fuese y fuese vivido como fuese vivido.
A la vez, el ritmo y la presencia que ellas tienen provoca en mí poder bajar mi propio ritmo, a veces acelerado, y conectar conmigo misma mientras ellas conectan consigo mismas. Es, sobre todo, un trabajo conjunto. Es un regalo. Ha sido un auténtico regalo.