Los viejenials, fuente de sabiduría

¿Cuántas veces nos hemos preguntado las cosas que haríamos de manera diferente si volviésemos atrás? Esta claro que tomaríamos otras decisiones y seguramente afrontaríamos las cosas de distinta manera. Probablemente nos preocuparíamos menos y disfrutaríamos más de los buenos momentos. ¿Y quién o qué nos enseña a apreciar todos esto? La edad, la sabiduría de la experiencia. Y es que ya lo decía Platón: “ la madurez comienza a los 60 años”

 

El profesor y gerontólogo Karl Pillemer es el autor del libro “30 lecciones para vivir”, para cuya redacción se basó en las entrevistas realizadas a más de 1000 personas de entre 80 y 90 años. Gracias a ellos Pillemer descubrió la gran cantidad de puntos en común que existían entre personas con circunstancias y recorridos tan diferentes y es que, a una edad avanzada, las prioridades se transforman. De esta forma, viajar, descubrir tus pasiones, no tenerle miedo a las nuevas oportunidades y vivir el momento, son las premisas que nuestros mayores nos transmiten para disfrutar de la vida como se merece.

 

Ligado a todo ello, debemos de tener presente que nunca es tarde para superar retos, para aprender o para llevar a cabo aquel proyecto que no nos hemos atrevido a lanzar y la edad no debe ser un obstáculo. Muy al contrario, hay numerosos ejemplos de como la templanza de la madurez y la sabiduría de la experiencia, han servido como trampolín para lograr éxitos a una edad avanzada.

 

Giuseppe Verdi, compositor italiano de ópera del siglo XIX, lanzó “Otelo”su pieza más conocida a los 74 años de edad. Otro personaje relacionado con la música, el músico cubano Compay Segundo, con un enorme recorrido, no logró la fama mundial hasta los 90 años de edad cuando formó parte del documental Buena Vista Social Club de Wim Wenders.

 

 

 

Goethe publicó “Fausto” cuando tenía 80 años y la escritora Laura Ingalls Wilder publicó en 1932, a los 65 años, su primera obra “Casa pequeña” que se convirtió en un clásico de la literatura infantil y dio lugar a la famosa serie “La casa de la pradera”.

 

También hay muchos casos de personas “anónimas” que han conseguido grandes logros. Por ejemplo, Mieko Nagaoka, una mujer japonesa de 100 años que consiguió completar los 1500 metros libres de natación o Tao, la profesora de yoga más anciana del mundo con sus 93 años.

 

 

Aprender a nadar, a andar en bici, recorrer el mundo, volar en ala delta, apuntarse a un grupo de teatro…cualquier cosa es posible a cualquier edad si es algo que nos apasiona, solo recuerda: VIVE EL MOMENTO Y SÁCALE TODO EL JUGO A LA VIDA

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