Pensar antes de hablar y actuar
Los microedadismos conviven con nuestro día a día y en ocasiones pasan incluso desapercibidos. Por ello, es importante detectarlos, darle la importancia que realmente tienen y ponerles solución. Eliminando estos prejuicios e ideas preconcebidas conseguiremos mejorar la vida de los mayores.
Algunos ejemplos de los microedadismos más comunes que nos solemos encontrar son:
- Las personas mayores no necesitan asistencia psicológica, si están deprimidos le suministramos medicación y listo
- Comparar a los senior con los niños y dar por hecho que les divierten las mismas cosas
- Llamar abuelo o abuela a cualquier persona mayor por el simple hecho de tener una edad avanzada
- Hablar a las personas mayores vocalizando exageradamente como si fuera la única manera de que nos entiendan
- Dar por hecho que hay ciertas cosas que un senior no puede hacer debido a su edad, a pesar de que sus limitaciones físicas o condiciones de salud se lo permitan. Esto en muchas ocasiones se expresa con un “¡A tu edad!” o “Tú ya no estás para estas cosas”
- Pensar que saben menos que nosotros o que son menos inteligentes por ser mayores
- Numerosas expresiones que utilizamos habitualmente: viejo verde, vieja chocha, estás para el arrastre…
- Atribuir cualquier problema o enfermedad a un achaque de la edad
- Ser excesivamente paternalistas y no dejarles hacer las cosas por sí mismos, queriendo siempre mediar nosotros
- Hablar por ellos sin dejar que expresen lo que sienten u opinan
- No dejar que se expresen libremente a través de, por ejemplo, su forma de vestir y considerar que no tienen edad para vestir de cierta manera
- Asustarse si utilizan un lenguaje provocador o si se expresan sin pudor ni vergüenza
Tenemos que tener en cuenta que las personas de edad más avanzada son igual de heterogéneas que las de cualquier otra franja de edad y hay que ser conscientes de sus distintas realidades y características y no estigmatizarlos y despreciarlos por el hecho de ser mayores. Como sociedad nos toca pararnos a pensar si nuestra manera de relacionarnos con los mayores es del todo justa, detectar microedadismos y eliminarlos de nuestro día a día.