La unión hace la fuerza, y más ante el COVID

Cuidar las plantas, poner la mesa para comer o leer el periódico, esas eran algunas de nuestras actividades diarias que se vieron interrumpidas cuando pusimos las noticias y comenzó toda la vorágine que la pandemia del COVID trajo a nuestro hogar. Una vorágine de miedo y de preocupación en un primer momento, que se acabó convirtiendo en un esfuerzo constante y un sólido trabajo en equipo para hacer bien las cosas y para conseguir lo más importante: la protección de nuestros olecereñas y olecereñas.

Y es que tras ese momento de shock, de parar en seco, de tener el corazón en la boca, la única vía posible era unirnos aún más, hacernos fuertes y crecernos. Ese fue nuestro principal objetivo y hacia donde caminaron todas las decisiones que fuimos tomando estos últimos meses, ya que lo que había en juego era realmente valioso: la seguridad de cada uno de los miembros de esta gran familia que para nosotros es O Lecer.

Así que comenzamos a funcionar, y a funcionar rápido, no había tiempo que perder. Una de nuestras primeras decisiones fue difícil, sobre todo para vosotros, los familiares, pero tuvimos que evitar cualquier visita ya que una única persona afectada en la vivienda podría haber provocado un gran problema. Como siempre, vuestra comprensión fue ejemplar y eso también nos vino muy bien, necesitábamos ese apoyo para coger energía y seguir, porque ya nos imaginábamos que la cosa iba para largo. Además, con el paso de los días y la ayuda de PSM Renovación y de Marcos López Veloso, conseguimos encontrar una solución para que pudierais compartir miradas aunque fuera a través de una pantalla y las videollamadas se convirtieron en un momento muy valorado en O Lecer.

Y mientras, se fue gestando el Gran Geronte, nuestra vivienda temporal en la que 7 de los trabajadores de O Lecer se confinaron para asegurar la protección de los olecereños. Y, a pesar de lo duro que fue para todos estar lejos de sus familias en un momento tan delicado, fue una gran experiencia que sacó lo mejor de todos y sobre todo que nos reforzó como equipo y nos mostró que juntos podemos con todo. Contar con un grupo tan comprometido en un momento tan difícil fue clave para conseguir un balance tan positivo. No solo contar con los miembros del equipo que se confinaron,sino también con los que permanecieron fuera cuidándose por si era necesario su entrada en cualquier momento y dando un apoyo vital tanto durante el confinamiento como después cuando gracias a ellos los trabajadores que permanecieron confinados pudieron descansar. Los proyectos los construyen las personas, eso está claro y este era el proyecto más importante, mantenernos todos sanos. 

Y este confinamiento fue además posible gracias a los vecinos que nos ofrecieron sus viviendas para poder llevarlo a cabo durante un mes, que fue el tiempo que duró y  que nos permitió alcanzar nuestro objetivo: retrasar el momento de contagio hasta que la emergencia sanitaria y el sesgo por edad no existiera.

Fueron momentos difíciles pero también emotivos y, a pesar de la distancia social, momentos de acercarnos unos a otros de múltiples maneras. Por ejemplo, recibiendo la ayuda de varias personas que nos facilitaron material de higiene, entre ellos las mascarillas con el frontal transparente que nos donó la Federación catalana AICE ( aice@implantecoclear.org). Darle las gracias también a los artistazos que compartieron canciones con nosotros, nuestra música de resistencia, todas esas piezas que varios amigos de O Lecer nos regalaron para disfrutar y compartir y que fueron de una gran ayuda para que nuestras sonrisas brillaran cada día. Y recordamos con mucho cariño el gran apoyo que fue para nosotros las sesiones de coaching de Iván y Cristina, que con sus proyecto El valor del salto (https://elvalordelsalto.com)  nos ayudaron a entender mejor cómo nos sentíamos ante todo este desbordamiento de emociones.  
El COVID ya forma parte de nuestra historia, un momento muy duro pero ante el cual nos hemos hecho grandes. Una historia que muchos medios quisieron contar y a los que estamos muy agradecidos por valorar todo el esfuerzo de los olecereños y olecereñas, los familiares, los trabajadores y todos los amigos que nos apoyan constantemente. Y toca seguir luchando y apostando por la vida, así que cada día la prevención, la responsabilidad y la seguridad nos acompañan en nuestro trabajo pero también los sentimientos, las emociones y las sonrisas que nos aportan formar parte de la vida de nuestros olecereños. Y por supuesto, queremos vivirla con vosotros, que nos dáis ánimo y nos brindais toda vuestra ayuda y cariño cuando más se necesita. Ahora el objetivo es volver a la nueva normalidad de forma progresiva y segura dentro y fuera de las instalaciones, y seguir retrasando el contagio el mayor tiempo posible, por lo que necesitamos el apoyo tanto de los trabajadores, como de las familias como de los propios olecereños y olecereñas. Desde O Lecer un gran gracias a todas y a todos.  ¡Sigamos caminando juntos y sintiéndonos cerca!

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